El fundador de COANIQUEM, Doctor Jorge Rojas Zegers, junto al Seremi de Salud de la Región Metropolitana, Gonzalo Soto y la Jefa de Seguridad Privada, Control de Armas y Explosivos, General Claudia Carrasco, dieron inicio a la campaña No más Fuegos Artificiales, la que tiene por finalidad prevenir la ocurrencia de quemaduras por este agente causal durante las celebraciones de fin de año.
La campaña, que ya lleva más de tres décadas, es una de las razones por la que los casos de quemaduras por Fuegos Artificiales en menores de 15 años han disminuido en un 90% desde que se promulgó la ley 19.680 en el año 2000.
Cada año, en conjunto con servicios de urgencia públicos y privados, además de centros de atención primaria, que en su conjunto suman más de 1.200 establecimientos, COANIQUEM realiza una vigilancia epidemiológica de los casos de quemaduras por fuegos artificiales en menores de 15 años en el periodo comprendido entre el 6 de diciembre y el 6 de enero.
Esta vigilancia permite identificar la cantidad de víctimas de quemaduras por fuegos artificiales, levantar alertas si hay aumento de casos y medir la evolución de este problema.
“El lanzamiento de esta iniciativa es fundamental, ya que el uso y venta de Fuegos Artificiales es un problema que afecta a todo nuestro país. La campaña nació hace 31 años, tiempo en que veníamos detectando un aumento en la cantidad de pacientes que llegaban a COANIQUEM por esta causa. Fue en ese entonces en que decidimos comenzar con la vigilancia epidemiológica para contar con mayor información sobre esta problemática”, afirma el Doctor Jorge Rojas Zegers, Fundador de COANIQUEM y Premio Nacional de Medicina 2024.
Según los casos reportados a COANIQUEM por servicios de atención en salud públicos y privados a nivel nacional, entre el 6 de diciembre de 2023 y el 6 de enero de 2024, 9 menores entre 7 y 14 años resultaron quemados por Fuegos Artificiales, afectando a 7 varones y 2 mujeres. Las primeras 4 lesiones ocurrieron antes del año nuevo y 5 se produjeron en la madrugada del 1 y el 4 de enero. Los casos fueron reportados en las regiones Metropolitana, de Antofagasta y de Arica y Parinacota.
Llamó la atención un niño de 11 años -en Peñalolén- que sufrió una amputación parcial de un pulgar por manipular un petardo comprado en la vía pública. Además, otros 3 menores resultaron hospitalizados con lesiones en manos y ojos. Del total de casos, 5 menores resultaron con quemaduras por manipular fuegos artificiales y 4 por ser espectadores.
La venta de fuegos artificiales se encuentra totalmente prohibida y puede ser denunciada por cualquier ciudadano. Las querellas van directamente a los Juzgados de Garantía.
COANIQUEM llama a no usar, no comprar, no vender fuegos artificiales de uso doméstico, según lo exige la ley. Está fue impulsada por la institución y desde que fue promulgada, en mayo del año 2000, se ha registrado una caída del 90% de casos de pacientes con quemaduras por Fuegos Artificiales. Es importante recordar que no hay fuegos artificiales inofensivos, todos tienen el riesgo de provocar quemaduras u otros daños.
Cuando un fuego artificial se enciende es ingobernable y, por tanto, no se puede predecir su trayectoria con riesgo de producir quemaduras tanto a quien lo manipula como a quien observa de cerca. El daño puede alcanzar personas o bienes materiales que estén más lejos. La experiencia indica que un solo fuego artificial puede generar incendios de grandes proporciones en viviendas, espacios públicos y bosques.
COANIQUEM lleva adelante una agenda en la que ha invitado a los países de la región a legislar en la materia a partir de la buena experiencia que se ha tenido en Chile. Así, uno de los trabajos más resonantes fue la colaboración con el Comité Jurídico Interamericano de la Organización de los Estados Americanos OEA, que publicó el documento “Recomendaciones para la adopción de legislación doméstica relativa a la regulación de fuegos artificiales y artículos pirotécnicos en Las Américas”, avalado por una resolución de la Asamblea General del mismo organismo en noviembre de 2021.
Este documento espera servir como nuevo estándar legislativo internacional y así prevenir los muchos costos ocultos de la pirotecnia, desde la salud de las personas con TEA, lactantes, adultos mayores, animales, mascotas y el medioambiente.